Hay días en que me siento útil y otros en que me siento empequeñecido por individuos gigantes. Individuos que día a día aparecen en las páginas del diario retratando su talento, virtud, trabajo u obligación en una noticia redactada con un estilo único. Algún día quisiera saber cuantos otros individuos la leen y cuantos otros la ignoran. Saber si en algún momento de tantos días idos dejaron de ser individuos y fueron personas con nombre renombrado y no con “crédito”. Ha habido veces en que yo he logrado ser individuo gigante y ahora intento ser persona como ellos, si es que lo son y lo fueron. No es que tenga envidia o ego mellado, al contrario, me embarga la emoción de conocer y me conozcan y me reconozcan como parte de ellos, personas que hacen y deshacen como si se peinaran, lo que yo en toda mi vida e intentado hacer desde otra perspectiva. Publicar en un periódico es tan igual como publicar en un libro, ahora lo creo. Cuantos libros habrán llenado en todos estos años de trabajo en que nota a nota recrearon acontecimientos, denuncias, grescas, protestas, muertes, asesinatos, suicidios, conferencias, presentaciones, festivales, marchas, desastres, etc. Entre escribir y redactar hay una gran diferencia, quisiera decírselos algún día, tal vez el día en que los alcance, tal vez el día en que sea periodista con innumerables e innombrables fuentes, con directorio propio o el día en que llegue con más de cuatro notas: nosotros redactamos, no escribimos, somos redactores, no escritores. La vida del escritor esta llena de páginas, no de caracteres. Es lo que creo, pero mi situación actual me hace pensar que es lo mismo y me quedo callado. Llegaré a adecuarme y a atreverme a establecer la diferencia y luego a contradecirme, como siempre lo hago con el tiempo y decir que publicar en un periódico jamás será igual que publicar en un libro. Me he abandonado al tiempo que dura un diario, tal vez por eso mi preocupación de aparecer en él a diario, espero que no se me acabe y que a la larga estas líneas no sean sólo el ensayo literario de un informe que deberé presentar para mi curso de prácticas externas en la universidad. Aún soy universitario, aún soy un escribidor, ahora soy practicante, ahora ensayo y aprendo periodísticamente. No sé si es porque tengo el defecto de intentar ser siempre perfeccionista en todo lo que hago, o porque es cierto lo que me dijeron un día: es más fácil pasar de ser periodista a escritor que escritor a periodista. En las noches me dan vueltas las frases de una noticia que de tanto haberlas leído y releído buscando armarla con elocuencia se me grabaron en la mente. Hago poco y me demoro mucho. Tal vez sólo le estoy restando segundos a la oportunidad de quedarme aquí. Quiero quedarme y a veces siento que yo mismo me estoy botando a patadas. La sala de redacción nunca la imaginé así, tan parecida a un aula sin profesor. Me gusta y me asusta ser el nuevo. Eso es lo malo, yo soy como el alumno nuevo en un aula con profesor ausente, que creyó que porque aprendió a coger y usar bien el lápiz, se le iba a hacer fácil averiguar y resolver sus tareas. Espero poder justificar con noticias la confianza que deberé tener para entrar en el juego de los demás alumnos. Siempre he sentido que he luchado contra el tiempo, pero nunca tanto como ahora.
Martes 5AM
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Hace 4 meses